Tiene el mentón adecuado. Es alto. Es americano. Podría ser el típico chuloplaya con deje karateka de hollywood y, sin embargo, siempre que lo veo siento el deseo irrefrenable de arrearle con algo largo y rígido.
Saquen sus propias conclusiones.
Probablemente no conozcas a Bruce Campbell. Probablemente lo hayas visto a medio dormir un domingo por la tarde mientras pasaban por la tele El Ejército de las Tinieblas, o Evil Dead, o incluso tengas un amigo friki que te haya obligado a ver Bubba Ho-Tep.
Y es que todavía no lo sabes, pero ya eres suyo.
Bruce es uno de esos tíos indeseables que no puedes dejar de amar desesperadamente. Yo lo amo tanto que querría verlo pisando un rastrillo. Es un amor bastante confuso.
Y a veces me divierto recreando las escenas de Spiderman en las que podemos verlo, y la gente me mira con temor, y yo me siento poderoso.
Y todo eso es Bruce Campbell.